lunes, 28 de julio de 2014

Rescatados del ciberespacio...

EL PLACER DE LA ESCRITURA

ESCRITO POR MOLINOS (20.12.2008)

Me gusta escribir.

Me gusta escribir y no me refiero a este blog, que yo no considero escritura. Me refiero al acto físico de escribir a mano.

Me gusta coger mi pluma, abrir mi cuaderno y escribir. Me gusta ver como la tinta sale del plumín y según sea mi estado de ánimo mi letra va cambiando. No tengo una letra bonita, es una mezcla de caligrafía de niña de cole de monjas y prisa. Cuando escribo a mano siempre tengo prisa. Me da vergüenza y quiero terminar deprisa. Con el blog no me pasa, no es mi letra y no me reconozco, así que no me da vergüenza.


Tengo manías para escribir. Siempre con pluma. Ahora mismo tengo tres al uso. Una rottring pequeña, plateada, que llevo en el bolso en un estuche cilíndrico y que uso en el curro. En mi mesa de despacho tengo un cuaderno grande, tamaño folio y cuadriculado. A pesar de que para hacer mi trabajo podría hacerlo todo en el ordenador y no escribir nada, no me gusta. Además tengo memoria (para todo) fotográfica cuando escribo algo y es imposible que se me olvide donde lo he escrito. Si lo escribo está todo bajo control.

En casa tengo una pluma que me regaló G. y que utilizo con una tinta burdeos para escribir en el cuaderno de lecturas. Siempre con esa pluma y siempre con esa tinta. El cuaderno es rayado, tamaño cuartilla, con una solapa para guardar recortes.

Tengo otra pluma Montblanc preciosa que me regaló un amigo y que ahora está a la espera de que compre cartuchos. La llevo siempre encima.

No me gusta escribir ni en hojas sueltas, ni en tamaño folio, ni en hojas en blanco, prefiero rayado y si no puede ser cuadriculado. Si es en blanco me concentro en no torcerme y el resultado suele ser nefasto, renglones absurdos en un ángulo de inclinación rozando la verticalidad.

No me gustan los cuadernos que no se abren del todo.

El espacio físico para escribir me da igual. Puedo escribir en una mesa, tumbada en la cama, en mi sillón de leer o en un banco del parque, para eso no tengo manías.

Si alguien recibe una nota mía manuscrita que sepa, desde ahora mismo, que habré hecho 3 ó 4 versiones distintas de esa nota. El texto estará desde la primera prueba cristalino en mi mente, pero la forma me estresa, no habré compuesto la línea como quería, me horrorizará mi letra o me habré torcido como una niña de 6 años.

Me da vergüenza escribir a mano porque ves lo que sale de tus manos directamente. Y además cuando te relees, en el trazo, la presión y el espacio entre las letras ves reflejado tu estado de ánimo. Tengo un cuaderno de hace 10 años que es todo un espectáculo. Páginas y páginas de letra apiñada seguidas de dos párrafos de letra casi ilegible escritos de madrugada después de salir de copas. Me da vergüenza, pero al fín y al cabo esa soy yo..o por lo menos era.

Me encanta escribir cartas, ahora ya nadie escribe cartas pero yo tengo cientos de ellas guardadas. Lo malo de las cartas es que frente al mail tardan una eternidad en llegar..y en este caso mi ansiedad y compulsividad por la respuesta o no respuesta ganan a mi gusto estético por la carta manuscrita. Es cuestión de prioridades, pero cuando quiero escribir algo verdaderamente importante, siempre siempre lo escribo a mano.

Supongo entonces, que este blog no es importante, pero me lo paso en grande escribíendolo y por ahora no me da vergüenza.